Actualidad

Lección aprendida: salió caro arrancar la gestión a espaldas del Congreso

La última oferta que le hizo el gobierno de Javier Milei al grupo dialoguista que integran el PRO, la UCR y el peronismo no kirchnerista, destinada a asegurarse la media sanción de la ley ómnibus, demuestra que hay dos variables que empezaron a tener otro peso en la estrategia oficial: el tiempo y el consenso político.

Empecemos por lo segundo. Cuando el Presidente alumbró el DNU 70/2023, y sobre el filo de fin de año envió al Congreso el proyecto “Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”, hubo muchos miembros de su gobierno (por no decir varios de sus ministros) que se enteraron del contenido al mismo tiempo que el resto de la sociedad.

No hubo debate interno dentro de la LLA, ni consultas sectoriales previas, porque nadie lo consideró relevante. Un grupo de economistas y abogados, entre los que se destacan Federico Sturzenegger y Eduardo Rodríguez Chirillo, hoy secretario de Energía, habían armado en silencio una suerte de vademecum libertario, en el que enlistaron todas aquellas normas que obstaculizaban la actividad económica. La intención original removerlas, y evaluar a posteriori los eventuales reclamos.

Los senderos del sobreviviente universo peronista

El FMI le da más tiempo a Milei para hacer el ajuste: los sectores por donde pasará la motosierra

El Gobierno habilitó solo un mes de sesiones extraordinarias para el debate. Todas sus señales fueron contrarias a la discusión parlamentaria. Más allá de la demora que le llevó constituir las comisiones en la Cámara de Diputados, era claro que el tiempo dispuesto apenas alcanzaba para informar sobre las cuestiones básicas de la ley.

Poco tiempo, poco debate, y propuestas de mediano plazo mezcladas con urgencias. Si había algo que era crítico para Milei desde el primer día de gestión, era poner en marcha un paquete fiscal que le sirviera como ancla frente a la inflación. El único objetivo claro, fue el menos priorizado.

La estrategia de abrir varios frentes de negociación para tener alguna variable que ceder no funcionó. Por lo menos hacia afuera. Sus aliados identificaron rápidamente los puntos más duros, y sobre ellos iniciaron un intenso tira y afloje. Los días empezaron a quedar cortos, y la prórroga de las Extraordinarias se hizo inevitable. Y aunque para Milei quedarse con alrededor de 300 artículos de los 664 originales será una meta cumplida, la mirada de analistas e inversores es otra. Pero eso la inquietud ya empezó a notarse en los mercados financieros.

El Gobierno quiere una media sanción ya. Ahora el tiempo importa, porque cada día que pasa le van arrancando texto a su proyecto. Su meta es conseguir una ley. Mostrar que puede lograr apoyos pese a tener un bloque minoritario. Milei empezó su gestión de espaldas al Congreso. Ya se dio cuenta que subestimar a la casta tiene un precio alto.

Fuente: El Cronista

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *