ActualidadRegión

Ivanna Viale en Segunda Generación: “No hay sucesor de Mauro Viale, ni mi hermano pudo cubrir lo que él fue”

Ivanna Viale es hija del reconocido periodista Mauro Viale, fallecido en abril de 2021, y de la psicóloga Leonor Schwadron. Tanto ella como su hermano, Jonatan Viale, recorrieron desde pequeños los pasillos de los principales medios de comunicación y conocieron ese mundo desde adentro.

Ivanna siguió el legado familiar de sus padres al seguir la carrera de psicología y a la vez dedicarse a la radio. En 2023, publicó el libro Mauro Viale la pura verdad, donde revela detalles de los últimos momentos de su papá y cuenta experiencias de vida del conductor.

Ivanna Viale Segunda Generacion Infobae 19/02/24
Ivanna: “Mi papá era el mejor periodista de Argentina”. (Franco Fafasuli) (Franco Fafasuli/)

— ¿Quién es Ivanna Viale?

Yo soy la hija de Mauro, siempre lo seré. Por otro lado, estoy construyendo mi vida y mi carrera basada en lo que siempre fue mi papá. Si no hubiera sido por él, yo sería Ivanna Goldfarb. Después de casarme, mi nombre era Ivanna Selener. Pero adopté el apellido Viale cuando comencé a trabajar en Rivadavia, después de su fallecimiento. Mis hijos, por ejemplo, llevan el apellido Selener, no el Viale. Los hijos de mi hermano llevan el apellido de mi papá, que es Goldfarb. Creo que todo está relacionado con mi papá.

— ¿Cuál fue tu primer trabajo con tu papá?

—Mi primer trabajo con mi viejo fue una propuesta suya. Desde muy pequeña, recorrí los pasillos de ATC y aprendí sobre los medios de comunicación, los cables, el silencio, y cómo expresarme. Mi infancia estuvo marcada por ATC y las radios. Siempre estuve inmersa en el mundo de los medios, aunque los trabajos con él eran esporádicos. No duré mucho tiempo porque trabajar con él requería dedicación total, había que estar presente, aguantar y sobreponerse a las dificultades de la industria, algo de lo que todos se quejaban. Pero ahora todos dicen ‘¿Viste, Mauro?’, y extrañan mucho a Mauro. Y sí, cómo no vamos a extrañarlo si fue el mejor periodista de Argentina, el mejor de todos.

— ¿Qué era lo que exigía tu padre en lo laboral?

— Él exigía que sean responsables ante el laburo, él daba laburo pero a cambio vos tenías que dedicar tus días y tu vida un poquito al trabajo. Él fue el creador de productores, de periodistas, eso es lo que quería él, sino “andate a otro lado”, te decía. Quería que lo que hagas con él, lo hagas a la perfección. Sacate un diez y un superó, pero no lo hagas a medias, si lo vas a hacer a medias te vas, punto, si no me traés la nota del día, te vas. Traeme el último momento ya, volando, volá, pero volá, porque si no te quedas sin laburo. Así era mi papá.

— ¿Y cómo te llevabas con esa exigencia?

— Yo sabía que él era así, obviamente, entonces ¿qué tengo para decirle? “Mirá, hoy no pude, entré más tarde porque mi nene lloró un poquito más”. ¿Qué le podés decir? ¿cómo lo podés engrupir? A mí no me engrupe más nadie, decía, a mí no me engrupís con esa carita que vos tenés, Ivi. Yo ya fui y volví. Le tenías que decir la verdad, “mirá, la verdad que hoy tuve un día que no tuve ganas, tuve fiaca, me quedé durmiendo”. La mirada de mi papá era fulminante. No existía eso, así que no.

— ¿Cómo fue la infancia de papá?

— Fue una infancia muy dura porque no tenía para comer, no tenía para jugar, no tenía para nada. Yo lo cuento en el libro, una frase que le hizo a su mamá, a mi abuela, que la vi poquito, que le decía: “Ma, ¿otra vez la misma comida? ¿otra vez?”. Ya llevaban varios días comiendo pejerrey. Y mi abuela le decía: “No hay plata, no tenemos para comer”. Mi abuelo falleció muy joven cuando mi papá tenía 18 años. Se dedicaba a hacer suelas y zapatos, un trabajo humilde que les dejaba muy poco dinero. La infancia de mi papá fue muy difícil, también por el carácter de sus padres hacia él.

— ¿Cómo eran con él?

— Eran muy fríos los dos. Mi papá me contó esto y cada vez que me lo repetía, yo le decía: “Ya me lo contaste, ya me lo contaste”, pero él necesitaba contarlo, necesitaba sacárselo de adentro. Su mamá y su papá decidieron enviarlo de viaje a Córdoba porque ya no lo aguantaban más en casa. Tenía apenas 10 u 11 años cuando se fue solo a Córdoba. Además de ser fríos, le pegaban, lo cual no lo hizo más fácil. A pesar de todo, papá pudo dar un giro a su vida, formar una familia, ser un amante de su familia y de sus hijos, y cuidar todo lo que tenía.

Ivanna Viale
Ivanna: “Mi papá fue el creador de muchos productores y periodistas” (@ivannitaviale)

— Dio vuelta su vida y también llegó el éxito y la plata, ¿cómo se manejó con ambos?

—Mi papá fue ultra generoso, a mí nunca me faltó nada por más que no hayamos tenido un mango, me dio todo multiplicado. Si yo quería una muñeca él venía con tres muñecas. En realidad la plata la manejaba mi mamá, él se la entregaba en mano, la que fue guardando y ahorrando. Fue generoso con la plata y fue todo un cambio el hecho de tenerla. Él decía: “Vamos a emprender con esto”, de hecho se compró Le Parc, que era en su momento una fortuna de plata, pero él lo hacía sin vender las propiedades que tenía. Es decir que se jugaba a pagar 10.500 cuotas y sin necesidad de vender nada, porque él tenía la confianza de que lo iba a poder conseguir y lo consiguió. ¿Quién se mete en una cosa así? Mi mamá estaba aterrada porque decía: “Por favor, esto es inmenso, esto no es para nosotros”, y le decía: “No, toma, acá tenés”. Mi mamá fue una coequiper de mi papá, que muchas veces sus en metas no estaba de acuerdo, porque le parecía demasiado arriesgado, pero finalmente terminaba acompañándolo.

— ¿Qué metas eran las más arriesgadas?

— Empezar a trabajar en un lugar y ya sacar un crédito para pagar una casa como Le Parc, mientras nosotros estábamos viviendo en tres, cuatro ambientes. Eso fue muy arriesgado, porque podía salir bien o mal. Fue muy arriesgado y más teniendo hijos chiquitos.

“Los trabajos con él eran esporádicos, yo no duré mucho tiempo porque con él había que estar presente, aguantar y sobreponerse a las dificultades, algo de lo que todos se quejaban.”

Polémico y controversial, Mauro Viale inició su carrera como comentarista deportivo, pero logró la popularidad masiva conduciendo escandalosos talk shows.

Con oficio y olfato periodístico encontró aquellos temas que le interesaban a su audiencia y que no siempre tenían que ver con la agenda. En los 90, moderaba escándalos entre personajes del momento que llegaban a pelearse a puños frente a las cámaras.

— En los momentos de gloria de los programas de Mauro Viale, ¿cómo vivía la familia ese gran éxito, incluyendo las críticas?

— Estábamos en el canal América. Fue el caso Coppola, Samanta, Natalia, Jacobo, fue esa época en la que era medio raro. En la calle me decían: “¿Hoy con quién se va a pelear tu papá?”. La gente lo disfrutaba. Lo disfrutó mucho porque además de hablar mal, lo tenían que ver sí o sí, porque si se perdían a Mauro al mediodía un día ya no sabían qué estaba pasando. Y en mi casa, vos podés pensar: “Qué éxito”, pero en realidad fue también una gran crisis porque él avanzó a diez mil pasos. Durante muchos años fue el hombre del momento, el periodista único y mi mamá, mirándolo desde la pantalla. En ese sentido yo no me voy a meter en la relación de pareja, pero fue medio raro que él fuese tan exitoso así. Para mí también fue una crisis, crisis en el sentido de una mezcla de angustia, de no saber bien qué estaba pasando. Por ejemplo, cuando se peleó con Samid, que se pelearon a las trompadas, yo estaba en mi casa viéndolo, no tardé 30 segundos en salir corriendo para el canal, angustiadísima, llorando, a ver qué es lo que realmente pasaba, porque yo nunca había visto a mi papá caerse, se cayó varias veces, lo vi flojo ahí en esa pelea y yo dije: “Ay, por favor ¿qué le va a pasar?”. Y cuando llegué me agarró quien era en ese momento la gerenta de programación, Patricia Weber, y me dijo: “Quedate tranquila,I vanna”. Aparte pensaba en la continuidad del programa, yo sabía que él no era de hacer esas cosas, yo dije: “¡Qué quilombo se viene ahora!”. Pero tranquilizó la gerenta de programación, siempre la voy a recordar, ahí bajé decibeles.

Samid Viale
La recordada pelea de Samid y Mauro Viale en televisión.

— ¿Te acordás lo qué te dijo tu papá de esa pelea?

— Mi papá de esa pelea me dijo “que era un gordo antisemita”. Fue lo primero que me dijo y después es como que no hablamos más, viste cuando no hablás más de un tema porque no sabés si tocarlo o no… Aparte él era muy especial, había cosas que me respondía a mí como hija, pero te podía responder, como “qué boludez me estás preguntando”, y yo no quería pasar por eso, ya habíamos pasado varias así que él contestaba de esa forma y por ahí elegí no hacerlo, conociéndolo.

“Nunca vi a mi papá como cuando se peleó con Samid”

— ¿Qué cosas no se podían hablar con tu papá?

Cuando uno se quería cuidar no hacía preguntas con mi papá porque sino venían las agresiones, pero no porque yo diga que mi papá era un mal tipo, porque él se crio de esa forma, se educó en los medios de esa forma y esa forma le sirvió para ser el número uno del periodismo. Él era el que atacaba, el que todos le tenían miedo. Lo pensaban diez mil veces si tenían que ir a lo de Mauro. Pedían referencias, pedían mil cosas, calamidad pedían.

Ivanna Viale
«Mi papá fue ultra generoso, a mí nunca me faltó nada por más que no hayamos tenido un mango, me dio todo multiplicado», recordó Ivanna sobre Mauro. (@ivannitaviale)

—¿Cómo se manejaban esos pedidos?

— El no accedía a ningún pedido. Creo que él fue el periodista más limpio que tuvo Argentina, a él no le encontrabas nada. Él l te decía: “A ver, buscame algo, no me lo vas a encontrar”.

— En un momento tuvo mucho éxito y luego decayó ¿cómo transitó esa etapa de menos ranking y menos reconocimiento?

— Creo que vivió luchándola para no caer. Yo nunca lo vi en un pozo depresivo; siempre me respondía que él nunca se dejaba estar, que no se lo permitía. Eso me hizo reflexionar sobre las veces que se ha sentido realmente mal o desganado ante la vida, porque te pasa eso, tanto en esta carrera donde te pueden superar en un instante y tenés que ser fuerte. Él era fuerte, buscaba la forma de seguir adelante, de no caerse, de no quedarse en la cama, como él solía decir.

“Cuando uno se quería cuidar no hacías preguntas con mi papá porque sino venían las agresiones”

Mauro murió a los 73 años, luego de estar internado unos pocos días debido al COVID. A lo largo de su carrera, transitó los medios con vocación, convicción y autenticidad, dejando un legado no sólo en sus dos hijos, sino en quienes habían trabajado con él y fueron formados por sus directrices en esta profesión.

— ¿Cómo es ser la hija de Mauro Viale hoy sin su presencia física?

— Ya van a hacer tres años que falleció y a mí me sigue pareciendo y sigo sintiendo como si no hubiera pasado el tiempo, todos los días pienso en él. Mi papá fue un padrazo, un tipo que fue omnipresente, estuvo para mí y para mi hermano las 24 horas del día. Nos llamaba cada dos segundos, “Ivi ¿estás bien? Contame”, “¿Jonito ¿estás bien?”, como le decía a mihermano, “¿qué pasó hoy durante el día, qué te pasó?”. Al final, era más mi hermano que le rompía un poquito, porque eran las once de la noche y lo llamaba para hacerle un resumen del día, y Mauro llegaba a su casa y se acostaba a dormir ya, reventado de no parar las 24 horas.

— ¿Te acordás el mejor consejo que te dio tu papá?

— Sí, que siempre fuera honesta y que cuidara a las bendiciones, sus nietos. No podía permitirme sentirme mal por nada, porque estaban las bendiciones de él, que siempre fueron sus cuatro nietos. Él conocía un poco más al más grande y pasaba un poco menos tiempo con los más chiquitos, los hijos de mi hermano, pero para él, los niños valían oro. Siempre me recordaba eso y me llamaba la atención cada vez que notaba que bajaba los brazos, no me lo permitía.

— Si hoy pudieras tenerlo, ¿qué te gustaría preguntarle o qué le pedirías?

— Yo le pediría lo que le pedí durante un tiempo y que no funcionó: “Pa, cuídate, quedate adentro, en tu casa, que si no te cuidás, te vas a contagiar ese virus maldito y no vas a poder vivir más”. Le diría: “Mirá, yo sé lo que te va a pasar, no vas a poder estar más ni conmigo ni con tus nietos, o sea por favor guardate en tu casa, cueste lo que te cueste”, pero se lo pediría por favor.

“Mi papá fue un padrazo, un tipo que fue omnipresente, estuvo para mí y para mi hermano las 24 horas del día”

— ¿En tu adolescencia sufriste bullying?

— Sí, sufría bullying, lo sufrí y lo sufrí mucho. Yo pasaba de un colegio a otro y no tuve ningún compañero, ningún amigo. Y no tenía nada que ver ni con el éxito ni con mi papá, tenía que ver con algo inherente a mi carácter porque me dejaban siempre afuera de los grupos. Yo era de esas que tenía una íntima amiga y los demás ya está, con esa amiga yo me tenía que arreglar, y si no estaba esa íntima amiga, estaba sola. Hoy en día, vos decís: “¿Cómo los educaron?”, yo me pongo a pensar en sus casas, porque me decían gorda, que me decían esto, que me decían lo otro, ¿cómo los educás de tan mala manera para tener tanto odio? Eso es algo que siempre mi papá me decía: “Quedate tranquila, acá hay una educación de mierda” y era verdad.

— ¿Y tu mamá, siendo psicóloga, qué te decía?

— Mi mamá me contenía porque yo la pasaba mal, pero siendo psicóloga, una con su familia, yo te lo puedo decir: mucho no podés hacer porque son tus afectos y no te vas a poner a dar cátedra de psicología.

— ¿Qué te hacían en el colegio?

— Me puteaban, me degradaban. A mí me decían gorda porque tenía unos kilos demás, siempre tuve kilos de más y luché contra eso, y era chiquita, era muy chiquita para sufrir tanto.

Mauro ocupó un lugar importante tanto en la televisión como en la radio a nivel nacional y su ausencia dejó un vacío que, hasta el momento, no se pudo llenar. Ivanna analizó qué ocurrió y se refirió al rol de su hermano en los medios.

Ivanna Viale
«Mi hermano terminó siendo lo que es hoy porque se crio en base a lo que mi papá le enseñó», señaló. (@ivannitaviale)

— ¿Quién es hoy, para vos, el sucesor de Mauro Viale?

— No hay sucesor de Mauro Viale hoy en día. Se veía venir esto, pero no, la verdad es que no. Nadie pudo cubrir lo que él cubrió, lo que él fue.

— ¿A tu hermano lo ves como posible sucesor o a vos?

— A mi hermano no lo veo como un posible sucesor porque son distintos, por ahí sí, si puede llegar a crecer bastante, pero en los estilos y en las creencias son muy distintos.

— ¿Cómo era la relación de tu papá con tu hermano y cómo fue la relación entre ellos cuando ambos hacían televisión? ¿Sentis que hubo competencia? ¿cómo manejaron esa situación?

— Fue una competencia que no fue competencia porque eran padre e hijo, siempre se amaron y la gente lo podía ver. “¿Cómo compiten Mauro y Joni?”, una pavada. Parecía que mi papá le daba indicaciones a mi hermano y mi hermano terminó siendo lo que es hoy porque se crio en base a lo que mi papá le enseñó.

— ¿Como vivió tu hermano y toda la familia la crítica que le hizo por redes sociales el expresidente Alberto Fernández?

Primero, una disociación porque estaba mi papá por un lado, que era muy amigo de Alberto Fernández. Cuando a mi hermano el expresidente lo llama “gordito lechoso” y no sé qué otra cosa más que no me acuerdo, ahí mi papá dio por terminada la relación de amistad con Fernández y puertas adentro fue toda una discusión. Yo me acuerdo de mi hermano también diciéndole cosas y mi papá perdiendo amigos, perdiendo amistades.

“A mi hermano no lo veo como un posible sucesor de mi papá”

Ivanna Viale Segunda Generacion Infobae 19/02/24
Ivanna Viale publicó en 2023 el libro Mauro Viale, la pura verdad. (Franco Fafasuli) (Franco Fafasuli/)

— ¿A qué cosas le tenía miedo Mauro?

Tenía miedo a una cosa de la que nunca pudimos hablar: la muerte. Le tenía tanto miedo como yo. Yo temía que le sucediera algo, y él también tenía terror por lo mismo. Nunca quería hablar sobre la muerte, pero yo siempre lo tenía presente. Retrocediendo un poco, una característica de mi papá, que puedo contar ahora, es que roncaba muy fuerte, se escuchaba hasta en la otra cuadra. Como hija, sufrí mucho por eso. Tenía un miedo patológico a que él muriera. Cuando no lo escuchaba roncar, iba a ver cómo estaba. Llegué a ese extremo. Como mi mamá se acostaba más tarde, tenía un momento para tocarlo y asegurarme de que estaba bien, lo cual no es normal. Si se movía, si reaccionaba de alguna manera, estando completamente dormido, entonces yo me iba a mi habitación tranquila. Por la mañana, él se levantaba temprano, a las 5 ya estaba despierto y a las 5:30 se iba. Siempre tuve miedo de que le ocurriera algo, como un accidente de auto. Tenía pensamientos catastróficos, que más tarde tuve que analizar con un profesional. Lo llamaba repetidamente, y no me quedaba tranquila hasta que respondía con un simple “hola”. Pero sabés lo que hacía? Llamaba desde un número privado para que él no supiera que era yo, porque no quiero ni imaginar lo que pensaría. Nunca se enteró de estas cosas que hacía.

— ¿Y qué otras no se enteró que hacías por él?

— Lo que nunca supo también de mí es que me hice las lolas, por ejemplo, a los 21 años. Yo le pedí a mi mamá que me haga el favor de llevárselo unos días a Pinamar, le dije: “Por favor, llevátelo y hacé de cuenta que hablás conmigo todos los días”. Yo había ahorrado. Era chata y a los 21 años quería tener novio y tener buen cuerpo y tener lolas, entonces mi mamá se lo llevó a Pinamar y yo me fui sola a la clínica de Juri, pagué y me hice las lolas, y eso mi papá no se enteró nunca o nunca me dijo nada, que son dos cosas diferentes.

“A los 21 años me hice las lolas y mi papá nunca se enteró”

— Por último, ¿cuál es el mensaje que te gustaría darle a las próximas generaciones?

— Si estamos hablando de periodismo que estudien, que se esfuercen, que hagan las cosas bien dentro de lo posible. Con perseverancia se puede conseguir lo que uno quiere.

Mirá la entrevista completa:

Fuente: InfoBae

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *