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Todas las fichas en la cosecha: mayo, ¿el mes “bisagra” para empezar a soñar con la unificación del dólar?

charla economia

Hay una tendencia histórica que se advierte con claridad en las estadísticas de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro Exportador de Cereales (CIARA-CEC): en condiciones normales, del clima y político-económicas, mayo suele ser el mes en que más divisas entran cada año al país.

Sucede que es el período en que la cosecha de soja ya comienza a finalizar, y está en su momento de mayor descarga y embarque en los puertos, a la vez que la zafra de maíz entra a acelerar, lo que lógicamente se traduce en un incremento en el flujo de divisas, ya que ambos cultivos son los que generan más dólares en Argentina.

Sobre esa pauta se apoya la posibilidad de que, definitivamente a partir de mediados de año, se pueda soñar con la unificación del tipo de cambio.

LOS ECONOMISTAS MIRAN A LA COSECHA

Esta perspectiva fue analizada en el marco de Expoagro por Guillermo Laborda, Santiago Bulat y Nicole Pisani Claro, quienes participaron del Foro “La economía y el agro”, organizado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) y Expoagro.

Se estima que para mayo empiecen haber levantamiento de las restricciones, un espacio para la unificación cambiaria y que deje de apreciarse el dólar en términos reales, es decir que la suba del dólar sea mayor a la de la inflación”, expresó al respecto Laborda.

Lógicamente, para que esto ocurra, consideró que “el campo va a ser un actor fundamental”, pero “para que liquiden los dólares y vendan sus tenencias, es importante que haya expectativas relativamente estables en materia cambiaria y ciertas certezas en el rumbo económico para que empiece a circular en forma virtuosa la economía”.

Laborda aclaró que, si bien “se observa un horizonte de mejoras”, éstas se podrán concretar siempre que “se respeten algunas cuestiones esenciales para la economía como el equilibrio fiscal, y la puesta en marcha de reformas tanto laboral como impositiva”.

“Esto permitirá que Argentina empiece a transitar el sendero que otros países vecinos ya han hecho que es la normalización de la economía”, sentenció.

EL DESPUÉS DE LA SEQUÍA

Por su parte Bulat, líder de la consultora Económica Invecq, hizo hincapié en que “este año, como efecto de una ‘contra sequía’, el campo va a ser uno de los sectores que más va a traccionar”.

En tanto, después de mostrar las proyecciones de distintas variables, remarcó: “El agro, debido a la liquidación de divisas y de siembra con los rindes que va a haber, será uno de los sectores a los que le va a ir bien”.

santiago bulat

Por último, Nicole Pisani Claro, economista jefe de FADA, focalizó su mirada puntualmente en el campo destacando los aportes del agro para la economía argentina y su implicancia en materia económica en cuanto a la generación de empleo.

Describió que “la agroindustria genera 2 de cada 10 puestos de trabajo, lo que se puede dinamizar aún más con un panorama más claro para invertir y generar mayor producción”.

Además “es generador de divisas genuinas: 7 de cada 10 dólares que ingresan al país provienen de las cadenas agroindustriales, lo que ayuda al superávit de la balanza comercial para importar otros bienes o servicios de otros sectores de la economía”, recordó.

También la economista recordó que en 2023 “la sequía impactó considerablemente en la caída de la actividad económica y exportaciones. La parte primaria tuvo una caída económica del 20% y una reducción considerable en las exportaciones. De exportar 60 mil millones de dólares en 2022, se exportaron 38 mil millones de dólares en 2023”.

En este marco, coincidió en que “las expectativas agrícolas para 2024 están siendo buenas, aunque en un contexto de precios debilitados, lo que podría llegar a debilitar también el ingreso de divisas que va a ser bueno, pero no como se esperaba hacia fines del año pasado”.

Así, una vez ordenado el contexto macroeconómico, Pisano Claro espera que se pueda “generar el marco para ir hacia la unificación cambiaria, hablar de la disminución o eliminación de las retenciones con el tiempo, y así poder generar el impacto de inversiones, mayor producción y exportaciones”.

En resumen, “un cambio competitivo para generar las inversiones de las cadenas agroalimentarias sin desalentarlas”.

 

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